Las finanzas siempre han sido un tema importante a nivel mundial, pero después de la pandemia, su importancia se ha incrementado debido a que muchas empresas quebraron y miles de personas perdieron sus empleos. Por eso, como cristianos, también debemos hablar de finanzas, ya que muchos hermanos han estado sufriendo escasez y Dios quiere ayudarles.
En primer lugar, cuando hay escasez, lo que debemos hacer como creyentes es buscar qué dice la Biblia acerca del tema. Puesto que las escrituras nos enseñan muchos principios para manejar las finanzas, con los cuales podemos combatir la escasez. Uno de estos principios es la generosidad. La Biblia enseña en 2 Corintios 9:6 que cuando damos abundantemente, de esa misma forma recibiremos. Así que no permitas que la escasez te impida ofrendar, da conforme tengas, así sea poco. Recuerda aquella viuda que dio tan solo unas monedas, pero fue elogiada por Jesús porque había dado todo, pues depositó su confianza en Dios.
Otro principio bíblico sobre las finanzas es evitar las deudas, ya que nos hacen esclavos de los prestamistas (Proverbios 22:7). Dios no nos creó para que viviéramos en esclavitud, así que evita endeudarte. Que la presión de las cuentas no te haga correr hacia prestamistas; no actúes movido por la necesidad de dinero, sino siempre actúa en fe, cree en Dios por tus necesidades, ya que él es tu proveedor.
Además, busca un trabajo o fuentes de ingreso adicionales. Dios nos enseña a ser diligentes para prosperar (Proverbios 10:4). Él bendice la obra de nuestras manos, lo que implica que debemos producir a través de un trabajo (Deuteronomio 30:9). Y aunque haya tiempos de escasez, prosperaremos y tendremos abundancia (Salmo 37:19) porque el Señor es nuestro pastor y nada nos falta.
Versículo: Proverbios 3:9-10 Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así, tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.
Confesión: Yo creo que Dios es mi proveedor; por eso, camino en obediencia a su palabra, obedezco lo que él me dice, soy generoso, trabajo diligentemente, lo honro con mi dinero y confío en su provisión.
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