La fe es un tema que todo creyente debería estudiar. La biblia dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Pues es necesario que el que se acerca a él, crea que él existe y da recompensa a los que lo buscan. De tal manera, que la fe es el requisito más importante al momento de acercarnos a Dios y recibir de su mano.
Teniendo en cuenta esto, debemos saber que Dios es un Dios bueno, y su voluntad es buena y agradable para nosotros. En su palabra encontramos aproximadamente 3565 promesas, y todas esas promesas son sí y amén por medio de Cristo Jesús.

Así pues, todas esas promesas son accesibles para nosotros, gracias a la obra de Jesucristo. Y Dios es poderoso para cumplir cada una de las cosas que él ha dicho. Entonces, quizás tú te preguntes “¿Por qué si Dios dice X cosa, yo no veo que pase?” La respuesta está en la fe. Veamos lo que sucedió en Marcos 9:22(b)-23
«pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.»
Este pasaje nos relata la historia de un padre cuyo hijo estaba poseído, este muchacho era gravemente atormentado, hasta tal punto que su vida corría peligro. Así que vemos que el padre de este joven le ruega a Jesús “si puedes hacer algo… ayúdanos”. A lo cual Jesús le responde “Si (tú) puedes creer”.
De esto podemos aprender que no se trata de si Dios puede o no puede hacerlo. Ciertamente Dios puede, él es poderoso y ya Jesús había hecho innumerables milagros para comprobarlo. Entonces, no se trata de si Dios puede, se trata de que tú puedas creer, pues al que cree todo le es posible.
La Fe Se Basa En La Palabra De Dios
Si continuamos leyendo Marcos 9:24-27, nos damos cuenta que el padre del muchacho comprendió las palabras de Jesús y declaró que sí creía, entonces Jesús obró y su hijo fue sanado.
De modo que vemos a un hombre que confió en la palabra de Jesús. Y por ello, recibió la respuesta a su petición. De esa misma manera, nosotros debemos confiar en la palabra del Señor. Nuestra fe se basa en lo que él dice. Creemos en lo que la escritura ya ha declarado, y nos movemos en esa verdad.
Con respecto a esto, leí una frase de un predicador que decía: “Yo soy lo que la biblia dice que soy, yo tengo lo que la biblia dice que tengo, y puedo hacer todo lo que la palabra dice que puedo hacer”. Esto es fe, creer en la fidelidad de la palabra, hablar de acuerdo a ella y movernos de acuerdo a ella.
«Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.» Romanos 10:17

La fe verdadera nace cuando conocemos la voluntad de Dios. Es decir, cuando su palabra nos es revelada, y entendemos que su verdad es inmutable. Por lo tanto, nuestra fe solo se basa en lo que dice la biblia.
«Dios no es un simple mortal para que mienta o cambie de parecer. Si él habla, ciertamente actúa; si él dice algo, lo lleva a cabo» Números 23:19
La fe verdadera se basa en lo que Dios habla, pues su palabra nunca cambia. Lo que él dice fue cierto ayer, es cierto hoy y será cierto mañana. De tal manera que podemos creer en todo lo que él ha hablado porque sus palabras son dignas de confianza.
La Fe No Se Basa En Experiencias
Hay personas, incluso cristianos, que ponen en duda la palabra de Dios. Y lamentablemente esto sucede, porque en lugar de basar su fe en la biblia, la basan en experiencias. Por eso, algunos cuestionan las escrituras debido a lo que les sucedió a ellos o a allegados. Entonces empiezan a poner en duda la biblia con argumentos como estos dos:
- “Quizás esa promesa no aplica para este tiempo”, pero déjame decirte que la palabra de Dios es la misma de ayer, de hoy y de siempre. Si él dijo que por sus llagas hemos sido sanados, somos sanos hoy y mañana. Si él dijo que suplirá todas nuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria, él las suple hoy y lo hará mañana.
- “Quizás eso es solo para algunas personas”, este argumento se derriba al entender que Dios no hace acepción de personas. Si Dios lo hizo con alguien más, también lo puede hacer conmigo y contigo. Si Dios se manifestó en la vida de otro, lo hará también contigo y conmigo.
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Al hablarte de estos argumentos, lo que pretendo es que los identifiques, y si llegan a tu mente, puedas derribarlos con la palabra de Dios, diciendo: “Si Dios lo dice, yo lo creo. No es por vista, es por fe en su palabra. No creo por las circunstancias, creo por lo que Dios habló. Si él lo ha dicho, así es y de ahí no me muevo.”
No Es Por Vista, Es Por Fe

«Pues vivimos por la fe y no por lo que vemos.» 2 Corintios 5:7
Para andar en fe, es indispensable que aprendas a ignorar a tus sentidos físicos. Los ojos quizás te digan que no hay, tal vez tus oídos escuchen que todo está perdido, que no hay nada que hacer. A lo mejor tu cuerpo te diga que hay dolor. Pero tú no vives por ninguno de esos sentidos. Tú vives por lo que Dios habló, y esa es la verdad sobre ti.
Contra toda esperanza, Abrahán creyó para llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia.» Romanos 4:18
El padre de la fe es nuestro ejemplo. Abraham era ya un hombre viejo, su mujer había sido estéril toda la vida. En lo natural era imposible que se cumpliese la promesa. Sin embargo, él creyó contra toda esperanza. Y no consideró ni su cuerpo viejo, ni la imposibilidad de la matriz de Sara. Es más, aún antes de ser padre, ya se presentaba así mismo como Abraham: Padre de mucha gente.
Esa fe, la que se mantuvo firme en lo que Dios había hablado, y no se fijó en las circunstancias que parecían contrarias, es la clase de fe en la que nosotros debemos andar. Pues Dios sí puede cumplir todo lo que ha hablado, ahora se trata de si tú puedes creerle y empezar a gozar de la abundante vida en Cristo.
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