El justo es generoso al dar

Hay quienes se la pasan codiciando todo el tiempo, ¡pero a los justos les encanta dar! Proverbios 21:26

En devocionales anteriores aprendimos que somos administradores de los bienes de Dios. Además, estudiamos que un principio de la mayordomía es no ser derrochador. Así que el proverbio del día de hoy nos enseña otro principio: La generosidad.

Los que hemos nacido de nuevo, tenemos el ADN de nuestro Dios. Su naturaleza está en nuestro interior, y una de las características de él es la generosidad.

Nuestro Dios es un Dios de abundancia, la misma naturaleza da testimonio de ello. Él no hizo solo unos cuantos animales, ni unas pocas plantas. Él creó miles de especies de animales, millones de plantas, muchísimos microrganismos, su creación es la muestra de la generosidad abundante de nuestro Dios.

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De ese mismo modo, nosotros, como hijos de un Dios dador, somos dadores. Así que empecemos a ser generosos en nuestro dar. Dispongamos nuestros recursos para la expansión del evangelio, apoyemos misioneros que están llevando la palabra a donde no había llegado, demos generosamente en nuestra iglesia local para que seamos de bendición para otras personas.

Ten presente que tus recursos en realidad son del Señor, hónralo con tus bienes y él te honrará también. Los bienes que ahora posees son una semilla dada por Dios, siémbrala a través del dar y cosecharás bendición abundante de Dios.

“Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra solo unas cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra abundantemente obtendrá una cosecha abundante. Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría». Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros.” 2 corintios 9:6-8

Oración: Te doy gracias mi amado Señor porque tú eres un Dios generoso. Te bendigo por lo que tú has puesto en mis manos, y de eso te doy a ti. Gracias porque cuando yo te doy, tú me das más abundantemente, para ser aún más generosa/o en mi dar. En el nombre de Jesús. Amén.  

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