Al estudiar a cerca de la justicia de Dios, me acordé de una anécdota que una persona me comentó. Resulta que en la iglesia de esta mujer, hubo una reunión de solo creyentes. Cuando el servicio comenzó, el pastor preguntó quien de los asistentes era justo, y nadie levantó la mano, a excepción de la hermana que ya les mencioné.
Estamos hablando de un grupo entero de creyentes, de los cuales solo una mujer sabía que era justa. Me causa curiosidad pensar en las razones por las cuales, este grupo de creyentes no levantó las manos. Y quizás la razón más acertada, es que frente a la pregunta del pastor, seguramente, se les vino a la mente cada error que han cometido.
Por tal motivo, es de suma importancia, que nosotros entendamos el tema de la justicia de Dios. Para que de ese modo, podamos comprender que los creyentes somos justos, no por causa de nuestras obras, sino por causa de la obra de Jesucristo.
Las Obras No Nos Hacen Justos
Muchas veces pensamos que nuestra forma de actuar nos convierte en Justos. Sin embargo, la palabra de Dios nos enseña que eso no es así. De hecho, en el libro de Job encontramos la siguiente pregunta: ¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?
Esta pregunta nace del principio de que el hombre no se puede limpiar a sí mismo. Porque cada ser humano nace con naturaleza de pecado (Salmo 51:5).
Así que intentar limpiarse del pecado, a través de lo que nosotros mismos hacemos, es como estar totalmente sucios de lodo, e intentar asearnos con la mano sucia de barro.

Este es el motivo por el cual, la palabra de Dios dice que por las obras de la ley nadie será justificado. Es por esto, que la muerte de Cristo en la cruz era necesaria. Pues fue su obra en la cruz la que nos limpió y nos ha hecho justos.
“No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” Gálatas 2:21
¿Cómo Fuimos Justificados Por Dios?
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.” Isaías 61:10
Isaías 61 habla de la obra del Mesías, y dice que él nos rodeó de manto de justicia. Esto nos muestra que Jesús no solo nos quitó las vestiduras de maldad, es decir nuestro pecado, sino que además nos vistió con su justicia.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” 2 Corintios 5:21
Por lo tanto, fuimos justificados por Dios gracias a que Jesús fue nuestro sustituto. Él fue quien recibió el castigo por nuestro pecado. Así que en la cruz, Dios estaba imputando nuestros pecados a Cristo, en lugar nuestro. De manera que Jesús llevó nuestros pecados para que por medio suyo, nosotros fuésemos declarados justos.
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23

Así pues, nuestro pecado no fue ignorado, ni pasado por alto, sino que fue pagado con la muerte de Cristo. Por ende, si Jesucristo ya pagó el precio, nosotros ya no tenemos que pagarlo. Siendo así, nosotros somos justificados únicamente por la obra de la cruz.
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¿Qué Puedo Hacer Para Ser Justo?
1.Tener fe en Jesucristo:
“la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron” Romanos 3:21-22(a)
La fe en Jesús es la clave para ser declarados justos ante Dios. Debido a que todos hemos pecado, no podemos limpiarnos por sí solos. Por eso, debemos creer en Jesús el justo, el cual pagó un alto precio por nuestra justificación.
2. Recibir la justificación gratuita:
“siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” Romanos 3:24
Quiero repetirte nuevamente, tu justificación no tiene que ver con tus obras. No hay nada que puedas hacer para ganarte la justicia de Dios. Recuerda siempre que eres justificado de manera gratuita por la gracia de Dios.
Por tanto, la justificación es un regalo de parte del creador. Un regalo muy costoso, pues costó la sangre de Jesús. Y este regalo Dios te lo extiende por su gracia, y tú lo recibes por la fe.

3. Creer en la sangre de Jesús:
“Pues mucho más estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” Romanos 5:9
La sangre de Jesús fue derramada para justificarte. Cree que su sangre pagó el precio. Y gracias a esto, no beberás la copa de la ira de Dios. Esto significa que no sufrirás el juicio que caerá sobre aquellos que no han puesto su fe en Jesucristo.
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Beneficios De Ser Justos
1.El justo es feliz:
“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.” Salmo 32:1-2
No hay mayor felicidad que saber que nuestros pecados son perdonados por la gracia de Dios, no porque nos ganáramos el perdón, sino porque Dios nos perdonó por medio de Jesús. Y aun más maravilloso es saber que bajo el nuevo pacto, nuestro pecado no es cubierto, sino borrado. La sangre lavó y quitó totalmente nuestro pecado.
2. El justo es cuidado por Dios:
“Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.” 1 Pedro 3:12
¿Puedes regocijarte en esto? Dios te cuida, sus ojos están sobre ti. El Señor te mira 24 horas al día, 7 días a la semana. Sus ojos están sobre tu vida, atento para escucharte y acudir a ayudarte.
3. El justo ora con poder:
“Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.” Salmo 34:17
Conozco varios creyentes que oran sintiéndose indignos. Y ese sentimiento les estorba su fe al momento de orar, pues creen no merecer las promesas de Dios. Por eso es tan importante que sepamos que Jesús nos ha justificado, no somos indignos. Tenemos una posición favorable ante Dios.
Somos justos, por lo tanto, cuando clamamos Dios nos oye y nos libra de las dificultades que podamos enfrentar en este mundo. Pues la oración eficaz del justo puede mucho.
4. El justo tiene suplidas su necesidades:
“Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre.” Salmo 112:3
Hay quienes parecieran omitir estas escrituras, pero ahí están. Hacen parte de la palabra de Dios, son una realidad que deben ser recibidas con fe. Somos justicia de Dios en Cristo, y por eso tenemos las añadiduras de las bendiciones terrenales.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33
Cuando buscamos el reino de Dios, pero además entendemos su justicia, sabiendo que Jesús nos ha hecho justos. Entonces, podemos disfrutar de todas las añadiduras que suplen nuestras necesidades.
“Yo he sido joven y he envejecido; pero no he visto a un justo desamparado ni a sus descendientes mendigando pan.” Salmo 37:25
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Así que de ahora en adelante, si alguien te pregunta si eres justo, dile que sí, no porque seas perfecto, sino porque has creído en el que es perfecto. Porque por el sacrificio de Jesús, tú has sido revestido de su justicia, y puedes acercarte sin temor para disfrutar de todo lo que Dios tiene para ti y vivir la vida abundante en Cristo.
“La justicia es el mensaje más importante ofrecido a la iglesia. Entender la justicia echará fuera los sentimientos de condenación, de culpabilidad y de indignidad. Causará que usted sea victorioso en cada batalla contra el diablo y la carne.”
E.W Kenyon