La relación que Dios desea tener con su pueblo se basa en el amor. Dios anhela que su pueblo lo busque y obedezca porque lo aman. Así que nosotros, como sus hijos, debemos entender que Dios no desea que le tengamos miedo, sino que él quiere que le amemos. Por eso hoy quiero hablarte a cerca del amor de la iglesia hacia Dios.
Y para hablar de este tema, necesitamos saber que existe un mandamiento supremo que resume a la ley. Este es amar a Dios sobre todas las cosas. Deuteronomio 6:5 dice que amemos a nuestro Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas.
Primero, el corazón era considerado el asiento de la mente y la voluntad. Así que amar a Dios con todo el corazón, implica en primer lugar, amarlo con cada pensamiento. Y en segundo lugar, involucra hacerlo por elección. Es decir, que elegimos amarlo voluntariamente, no por imposición, ni por obligación, sino que optamos por hacerlo.
Segundo, el alma se refiere a nuestros deseos y sentimientos. Esto nos dice que amarlo con toda el alma, es entregar nuestros deseos a Dios, sometiendo nuestros sentimientos a él. Amándolo con sinceridad, sin ninguna clase de hipocresía.
Y tercero, amarlo con todas nuestras fuerzas significa que ese amor nos impulsa a actuar. Dicho de otra manera, amarlo con toda nuestra fuerza, implica hacer las obras que agradan a Dios. De manera que somos esforzados en cumplir su voluntad.
¿Por Qué Podemos Amar A Dios?

Si leíste todo lo que implica amar a Dios, seguramente crees que es algo difícil y complicado. Sin embargo, la verdad es que Dios no nos pide nada que no podamos hacer. Él es justo y no nos pide cosas imposibles. Por ese motivo, la razón por la cual podemos amar a Dios es gracias a que él nos proveyó su amor.
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” 1 Juan 4:19
Blog recomendado: El gran amor de Dios por ti
El hombre natural no puede amar de manera inagotable. Por eso, Dios que sí ama inagotablemente, entregó a Jesús para que muriera en lugar nuestro. Ese sacrificio, permitió que naciéramos de Dios, por medio de la fe en Cristo. Y ahora podamos amar como él ama. Así que Dios nos amó primero, y eso permitió que su amor inagotable se depositara en nosotros.
“el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.” Romanos 5:5
De manera que, al nacer de Dios, el Espíritu Santo viene a vivir dentro de nosotros. Entonces, gracias a su presencia, la clase de amor de Dios se deposita en nosotros. Y esto nos capacita para poder amarlo con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas.
¿Cómo Demostramos Nuestro Amor A Dios?
“Si me aman, obedezcan mis mandamientos.” Juan 14:15
Demostramos que amamos a Dios cuando lo obedecemos. Amar implica actuar, y si decimos que amamos a Jesús, estaremos dispuestos a hacer su palabra. En Juan 14:15 Jesús nos enseña que amarlo implica someterse a su voluntad. Pero no estamos solos para lograr esto.
Así pues, en Juan 14:16 Jesús dice: “Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre”. La palabra consolador proviene del griego PARÁKLETOS. Este término se usa para nombrar a una persona llamada a estar al lado de alguien para ayudarlo. Por lo tanto, el espíritu santo es nuestro ayudador.

Entonces, tenemos la ayuda del Espíritu Santo para amar a Dios, por medio de la obediencia. Este vive dentro de cada creyente, y lo capacita para cumplir la voluntad de Dios. Él es el ayudador que nos sostiene y nos apoya para crecer a la imagen de Jesús.
También puedes leer: La clase de vida que honra a Jesucristo.
De modo que en tu vida diaria, solo debes mantener tu comunión con el Espíritu de Dios. Hazte consiente de su presencia. Dale las gracias por ser tu ayudador. Alábalo porque él te sostiene y te anima, recordándote y enseñándote las palabras de Jesús, renovando tu mente para que crezcas en su amor.
Amar A Dios Es Obedecer Su Buena Voluntad
“Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.” 1 Juan 5:3
Una vez más, amar a Dios es obedecer sus mandatos. Por eso, es indispensable que entiendas que su voluntad es buena para ti, y sus mandamientos no son pesados, pues no se hicieron para cargarte. Así que te voy a compartir dos razones por las cuales, los mandamientos no son una carga.
Primeramente, sus mandamientos no son gravosos porque te benefician. Pues la voluntad de Dios nos protege. Él dirige nuestro caminar, y nos muestra por donde andar. De este modo, sus mandamientos nos guardan de las trampas del diablo.

En segundo lugar, sus mandamientos no son una carga porque somos nuevos en Cristo. Los creyentes hemos nacido de nuevo, gracias a la fe en Jesucristo. Este nuevo nacimiento, permitió que el Espíritu Santo viviera en nosotros. De modo que por su Espíritu, hemos recibido todo lo que necesitamos para llevar una vida recta (2 Pedro 1:3).
Por lo tanto, sus mandamientos son un deleite, pues entendemos que nos guardan y nos prosperan (Josué 1:8). Y adicionalmente, gracias a la nueva naturaleza en Cristo, estamos capacitados para obedecerlos, a medida que lo conocemos más.
Quizás te interese: ¿Es amar a Dios una emoción, un sentimiento o una decisión? de GotQuestions
Amar a Dios Nos Libra Del Temor
Para concluir este blog, quiero que sepas algo importante. Cuando tienes claro el amor de Dios por ti, y tu amor por él, eres libre del temor. Y específicamente, te hablo que amar a Dios te libera de tenerle miedo.
“En esto se perfecciona el amor en nosotros: para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.” 1 Juan 4:17
El día del juicio debería causarle temor a los que no han creído. Pues serán juzgados por no haber recibido al Señor Jesús. Sin embargo, los creyentes no tenemos que temer. Nosotros tenemos plena confianza. Pues Jesús nos salvó por amor, y nosotros vivimos por medio de su amor.
Así que nuestra obediencia a Dios no se basa en el miedo al juicio. Se basa en el amor de él hacia nosotros y de nosotros hacia él. Pues somos sus hijos muy amados, y aceptados por él.
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” 1 Juan 4:18
Finalmente, te dejo con la siguiente reflexión: El temor te dice que serás castigado. Pero el amor te dice que ya Jesús pagó el precio de tu maldad. De manera que tu castigo fue cargado en él. Y esto te permite disfrutar la abundante vida en Cristo.
Si tienes miedo del castigo de Dios, dile hoy “Padre, yo soy tu hijo, yo creo en Jesús y su obra en la cruz. Así que hoy quiero ser perfeccionado en tu amor, para que tu perfecto amor eche fuera al temor.”