El pecado seduce tal como una trampa mortal

Y así lo sedujo con sus dulces palabras y lo engatusó con sus halagos. Él la siguió de inmediato, como un buey que va al matadero. Era como un ciervo que cayó en la trampa. Proverbios 7:21-22

El contexto de este capítulo habla de una mujer inmoral que seduce a un joven para cometer pecado sexual. Sin embargo, este mismo versículo se puede aplicar para cualquier tipo de pecado.

Note que dice que lo persuadió con dulces palabras. Esto nos indica que el pecado siempre tiene la apariencia de ser dulce y agradable. El diablo siempre pretende presentar el pecado como algo atractivo. De hecho eso fue lo que hizo cuando engañó a Eva.

Pero gracias a Dios, nosotros tenemos su palabra para advertirnos acerca de los deleites temporales de la carne. Los cuales quizás sí sean placenteros, sin embargo es un placer efímero que se termina convirtiendo en una red que mata.

De modo que la invitación es que huyamos de la tentación. Tal vez, el pecado nos esté seduciendo, pero podemos acudir a Dios y pedirle ser fortalecidos, podemos leer, meditar y confesar su palabra, para así alejarnos de la trampa del pecado.

Oración: Señor, gracias porque tú eres mi fortaleza. Te agradezco porque soy tu hija/o, soy nacida/o de ti, así que no tengo porqué pecar. Pero incluso si llegase a hacerlo, enséñame a reconocer mis faltas y a apartarme de ellas.     

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