Aprende como hacer que tu oración sea efectiva

La oración es el privilegio que tiene cada hijo del Rey. Cuando oramos estamos conversando con el todopoderoso. Esto debería ser considerado como el gran privilegio de nuestras vidas. Pues el Padre está a solo una oración de distancia.

De manera que lo más importante al orar es recordar que estamos teniendo una conversación con nuestro Padre. Es decir, no tenemos que complicar la oración con palabras sofisticadas o irse por las ramas. Solo basta ser sinceros, porque el Padre ya sabe lo que vamos a decir.

Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. Mateo 6:8

A veces caemos en el error de adornar la oración, y empezamos a usar palabras elegantes, y a extender lo queremos decir. Esto es algo innecesario y poco efectivo. De hecho, la biblia nos enseña a no hacerlo. Por lo tanto, cuando ores, hazlo con confianza, y sin rodeos, charla con tu Dios. 

La oración es un diálogo que no necesita palabras vacías, sino palabras sinceras. Sin embargo, cuando oramos no estamos conversando con cualquiera. Sí, Dios es nuestro Padre, pero sobre eso él es Dios y rey.

De manera que si las personas se preparan muy bien, cuando se encuentran con reyes terrenales, cuanto más debemos prepararnos para presentarnos ante el rey de reyes. 

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Examina Tu Corazón Al Orar

Los reyes terrenales se fijan en la apariencia, el protocolo y de más vanidades. Pero el rey de reyes se fija en el corazón. De manera que la preparación que debemos tener no es externa, sino interna.

Poco importa tu ropa o la posición en la que ores. Pero sí importa mucho lo que hay en tu corazón (salmo 139:23-24). Y la biblia nos enseña varias cosas que debemos tener en cuenta para que oremos efectivamente.

Reconcíliate antes de orar:

“Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas.” 1 Timoteo 2:8

Si estás enojado, y te has involucrado en una discusión, primero reconcíliate. Limpia tu corazón de todo enojo, y acércate a Dios sin guardar rencor o resentimiento hacia alguien.

No ores para ser visto:

“Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa.” Mateo 6:5

La oración no es un show que se lleva a cabo, para mostrar que tan espiritual somos. Nunca ores con el objetivo de que otros te aplaudan. Ora con sinceridad a Dios. Él es quien tiene que escucharte. Hazlo de manera íntima, y Dios te exaltará en público.

No ores con intenciones erradas:

“Y cuando piden algo, no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres.” Santiago 4:3

En oración podemos pedir, y Dios nos da. Pero Dios no te va a dar cualquier cosa. Él jamás se saldrá de su palabra. Él es un Dios que actúa conforme a su carácter, que se expresa en la escrituras.

Así que, antes de orar, examina la razón detrás de tu petición. Hazte estas preguntas: ¿Cuál es mi intención al pedir esto? ¿Es algo que realmente necesito o es solo para aparentar? ¿Esta petición es egoísta? ¿Es algo que alimenta mi ego y orgullo? ¿Estoy pidiendo algo que daña a otra persona?  

Las respuestas a estas preguntas te van ayudar a entender los verdaderos motivos de tu oración. Y si identificas que tienes motivaciones erradas. Reconócelas delante de Dios y pídele que limpie tu corazón de todo eso.

Finalmente, una vez que has examinado tu corazón completamente, estás listo para orar de manera efectiva. Recuerda que la vida abundante en Cristo está fundamentada en nuestra relación con él. Así que ve a hablar con el Dios que está a solo una oración de distancia.

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