Las personas con hijos saben cuan agradable es que sus hijos los obedezcan. Los padres conocen cuan bueno es que los hijos sean obedientes. De esa misma manera, Dios se agrada en la obediencia de sus hijos. Él quiere que le obedezcamos y guardemos su palabra. Así que hoy hablaremos de la verdadera obediencia a Dios.
En primer lugar, aprendamos lo que no es obediencia. Y para esto veamos el ejemplo del rey Saúl. Este hombre fue ungido como el primer rey de Israel. Dios lo había escogido y le había dado una orden.
Saúl debía ir a la batalla contra Amalec y tenía que acabar con todo. Sin embargo, Saúl decidió dejar vivo al rey Agag y traer consigo las mejores ovejas y vacas. Esto con el fin de ofrecerlas en sacrificio a Dios.
Con respecto a esto, muchos creerían que Saúl hizo bien. Puesto que su intención había sido ofrecer sacrificio al Señor. Tal vez, algunos pensarían que Saúl no había hecho nada grave. Sin embargo, ante los ojos de Dios, Saúl había desechado su palabra. Es decir, el rey hizo lo que bien le pareció, y no siguió la orden de Dios.
“¿Y crees que al Señor le gustan tus holocaustos y ofrendas más que la obediencia a sus palabras? Entiende que obedecer al Señor es mejor que ofrecerle sacrificios, y que escucharlo con atención es mejor que ofrecerle la grasa de los carneros” 1 Samuel 15:22
En 1 Samuel 15:22 vemos que el profeta amonesta a Saúl por desobedecer. Esto nos enseña que la obediencia no es hacer lo que nos perezca bien. Tampoco es cumplir la mitad de lo que se nos ordena. En cambio, la obediencia es seguir fielmente la palabra de Dios.
La Religión Es Un Estorbo Para La Obediencia

En la antigüedad, el pueblo de Dios debía ofrecer sacrificios de animales. La sangre de esos animales cubría el pecado de ellos. Y era algo que debían hacer de forma continua. Por lo que esta práctica se había convertido en un ritual religioso para los judíos.
El problema de Saúl fue que puso su ritual religioso, por encima de la palabra de Dios. La religión estorba la obediencia al Señor, porque las personas religiosas presentan a Dios lo que su religión dicta, y no lo que Dios quiere.
Por este motivo, nuestra obediencia a Dios no se basa en rituales religiosos. Sino en su palabra que permanece para siempre. Las religiones cambian, se transforman, pero la palabra de Dios nunca pasará.
Caín Y Abel: Ejemplo de la religión Vs la verdadera obediencia
En relación a esto, Caín y Abel nos dan un ejemplo perfecto. Génesis 4 nos relata que pasado el tiempo después de la caída. Los hijos de Adán y Eva presentaron ofrenda a Dios. Estos jóvenes habían aprendido esta práctica de sus padres. Quienes a su vez la habían aprendido de Dios. El cual había realizado el primer sacrificio que cubrió el pecado de ellos (Génesis 3:21).
De esta manera, ellos sabían que el holocausto tenía que ser de animales, pues debía haber derramamiento de sangre (Hebreos 9:22). Sabiendo esto, Caín presentó como ofrenda frutos de la tierra. Pero Abel presentó los primogénitos de sus ovejas.

Por supuesto que Dios se agradó de la ofrenda de Abel. Pero no recibió con agrado la ofrenda de Caín. La razón para esto fue que Caín presentó lo que a él le parecía. En cambio, Abel presento la ofrenda que Dios requería.
Lo que hizo Caín es básicamente, lo que hace la religión. Esta quiere acercarse a Dios de una manera distinta a la establecida por él. En cambio Abel representa la adoración verdadera, la cual no ofrece a Dios rituales, sino obediencia.
La Verdadera Obediencia nace al Conocer a Jesús
La religión nunca nos lleva a obedecer a Dios, en cambio conocer a Jesús es el único camino para obedecer de verdad. Jesús es quien nos enseña y habilita para obedecer la palabra de Dios.
“Con esto podemos saber que lo conocemos: si obedecemos sus mandamientos. El que dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso, y no hay verdad en él.” 1 Juan 2:3-4
Cuando reconocemos a Jesús como Señor, pasamos a nueva vida. En esta vida nueva, tenemos comunión con Cristo y somos su templo. Esto significa que su verdad está en nosotros, nos transforma y nos capacita para obedecer.

Entonces, la obediencia se da naturalmente en nosotros, a medida que crecemos en el conocimiento de Jesús. Aprendiendo de su palabra, de su carácter y de sus acciones. Pues, su amor nos rescató para que vivamos de la manera que él vivió en la tierra.
“El amor de Dios se ha perfeccionado verdaderamente en el que obedece su palabra, y por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” 1 Juan 2:5-6
Lee esta enseñanza sobre la Obediencia que viene del Amor
La Obediencia Trae Recompensas
Cuando obedecemos a Dios, mostramos que tenemos fe en nuestro Padre. Ya que la fe produce que actuemos conforme a la palabra. De este modo, obedecer atrae a nuestra vida las bendiciones del Señor. Así que veamos las recompensas de la obediencia:
1.Obedecer te da una buena y larga vida:
“Sigan por el camino que el Señor su Dios les ha ordenado seguir, para que les vaya bien y vivan muchos años en la tierra que van a poseer.” Deuteronomio 5:33
El Señor promete que cuando permanecemos en su camino. Siguiendo su palabra, y obedeciéndolo diariamente. Nos va a ir bien, y viviremos muchos años para disfrutar de la bendición que él nos da.
2. Obedecer te da éxito en lo que hagas:
“Pero tienes qué esforzarte y ser muy valiente. Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas.” Josué1:7
Cuando ponemos nuestro interés en actuar conforme a las escrituras. Y tenemos cuidado para no desviarnos de la voluntad de Dios. Él nos asegura que tendremos éxito en lo que hagamos.
Esto es posible, debido a que Dios nunca pierde. Él siempre es exitoso en sus planes. Por lo tanto, cuando lo oímos y obedecemos cuidadosamente, tenemos la seguridad que seremos exitosos. Ya que no estamos siguiendo nuestros propios planes, sino los planes del Señor.
3. Obedecer trae bendición sobre tus labores:
“Sucederá que si obedecen cuidadosamente mis mandamientos que hoy les mando, para amar al SEÑOR su Dios y para servirle con todo su corazón y con toda su alma, entonces él dará la lluvia a la tierra de ustedes en su tiempo, tanto la lluvia temprana como la lluvia tardía. Así podrás recoger tu grano, tu vino y tu aceite. Él dará también hierba en tu campo para tu ganado. Así comerás y te saciarás.” Deuteronomio 11:13-15
La lluvia sobre los cultivos, representa las condiciones perfectas y adecuadas para una buena producción. Esto significa que cuando le obedecemos, Dios se encarga de darnos las condiciones ideales para que nuestra labor prospere. De manera que podamos disfrutar del fruto de nuestro trabajo.
Lee aquí lo que la biblia enseña a cerca del dinero
Para concluir, quisiera que recordaras que tu Padre quiere que vivas como un hijo obediente. Entendiendo que conocer a Jesús te capacita para vivir como él vivió. Y viviendo de esa manera, puedes experimentar sus bendiciones y vivenciar la abundante vida en Cristo.
Oración final:
Padre, te doy gracias por tu amor perfecto. Gracias porque tu amor me motiva a obedecerte. Permíteme conocerte más para poder ser más como tú. Ayúdame a ser valiente y esforzado en guardar tu palabra. Y te doy gracias porque tú me ayudas a ser como tú quieres que sea.
Devocional recomendado: Ora y Obedece, por Joyce Meyer