El nombre de Jesús no es un nombre cualquiera. Es un nombre sobre todo nombre, y no podemos ignorar el poder que hay detrás de él. Ya que desconocer la autoridad de su nombre, nos hace usarlo sin reverencia, solo por costumbre, y además nos impide disfrutar sus beneficios.
Así que en este blog quiero que aprendas junto a mí, uno de los temas más esenciales de la vida cristiana: El grandioso poder que tiene el nombre de Cristo Jesús.
El Nombre De Jesús, Poder Para Salvación:
¿Sabías que existía un conflicto entre Dios y los hombres por causa del pecado? Sí, el pecado causó una división entre el hombre y su creador. Por esta razón, el hombre tenía sobre él una condena de muerte. Pues le esperaba condenación eterna.
Por esa razón, debido al amor de Dios hacia nosotros, el Padre puso en acción un plan para salvarnos. Envió a Cristo Jesús, quien nunca cometió pecado, a pagar por nuestra transgresión. Para que nosotros a través de Él pudiésemos ser salvos.
Por tal motivo, hechos 4:12 nos dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Este pasaje se refiere explícitamente al nombre de Jesús, que fue dado para salvación de todo aquel que cree en Él.
En este sentido, el apóstol Pedro en el capítulo 2 del libro de los Hechos cita al profeta Joel para decir en el versículo 21: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.
Luego en el versículo 36 explica cual nombre debe ser invocado para ser salvos: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”
De tal manera, que el nombre de Jesús contiene poder de salvación para el que lo invoca como su Señor. Pues fue quien con su sangre nos lavó y nos perdonó, reconciliándonos con Dios por medio de su sacrificio en la cruz.
El Nombre De Jesús, Poder Para Orar:
“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” Juan 14:13 Hoy te quiero animar a meditar en este pasaje.
Observa que no hay duda alguna en las palabras que Jesús dice a sus discípulos. Sin ninguna vacilación, Jesús le dice a los discípulos que pidan al Padre en su nombre, y será hecho para la gloria de Dios.

Orar en el nombre de Jesús es más que simplemente mencionarlo al orar. Orar en su nombre significa que Él mismo está respaldando tu petición delante del Padre.
Es como cuando de pequeños nuestros padres nos enviaban a la tienda y nos decían “dígale al tendero que me venda una libra de papa, que yo le pago luego”, así que nosotros íbamos en el nombre de nuestros padres a hacer el recado.
Y el tendero enviaba la libra de papa, no porque nosotros lo pidiésemos, sino porque íbamos en nombre de nuestros padres, los cuales respaldaban esa “compra”.
Eso es básicamente lo que sucede al orar en el nombre de Jesús, significa que Él respalda nuestra petición. Pues, por su sacrificio en la cruz, Él ha hecho posible que las promesas de Dios sean un absoluto sí y amén, para nosotros.
En adición a esto, analiza estos dos versículos:
“En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.” Juan 16:23-24
¿Sabes cuál es aquel día? Es hoy, cuando Jesús dijo “en aquel día” se estaba refiriendo al tiempo después de su sacrificio en la cruz.
Porque lo que hace que su nombre sea poderoso para respaldar nuestra oración, es precisamente que su sacrificio en la cruz, permitió que el favor y bendición de Dios, estuviese disponible para nosotros.
El Nombre De Jesús, Poder Sobre Demonios Y Enfermedades:
“Y estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán en sus manos serpientes, cuando beban algo venenoso, no les hará daño, pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán.” Marcos 16:17-18

Marcos 16:17-18 es uno de los pasajes bíblicos más conocidos por los cristianos alrededor del mundo. Así que seguramente lo has leído antes. De manera que quiero que hoy puedas reconocer el poder detrás de esta escritura.
En estos versículos, Jesús está hablando lo que conocemos como la gran comisión. En el momento en que Cristo dice estas palabras, Él ya había muerto, resucitado y ahora estaba a punto de ascender al cielo. De tal forma, que antes de ascender nos deja una tarea.
Una misión que consiste en predicar el evangelio y hacer discípulos a las naciones. Y luego, por causa de la predicación, unas señales seguirían a los creyentes. Fíjate que los creyentes no buscaran estas señales, las señales los seguirán a ellos.
Y dice que en el nombre de Jesús se expulsaran demonios. Hoy quiero que sepas: como creyente, tú no tienes que temerle al diablo y sus demonios. Tú tienes al Espíritu de Dios viviendo en ti, el nombre de Jesús te ha sido dado, y los demonios tiemblan ante su nombre.
Además, el libro de Efesios capítulo 1, versículos 19 al 23, explica que Jesucristo está sentado en el lugar de honor en el cielo. Y que todo poder, dominio, autoridad y principado ha sido sometido debajo de sus pies. Y que Él le ha dado esa autoridad a su iglesia.
De modo, que como su iglesia, tenemos autoridad sobre los demonios, usando el nombre de Jesús. Porque ante “el nombre de Jesús se dobla toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Filipenses 2:10).
Además de esto, si volvemos a leer la gran comisión, vemos que Jesús dice que en su nombre impondremos las manos sobre los enfermos y sanarán.
En el nuevo testamento, podemos ver muchos ejemplos de personas sanadas en el nombre de Jesús. Uno de esos ejemplos está en el Hechos 4:10:
“Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.” (Lee más sobre la sanidad aquí.)
El Nombre De Jesús, Poder Para Predicar:
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” Mateo 28:18-20

Hoy quiero que sepas que todo creyente tiene la responsabilidad de predicar el evangelio. No todos estamos llamados a ser ministros, pero sí tenemos la comisión de dar a conocer el reino de Dios a las personas. Y para hacer eso, necesitamos depender del poder de Dios.
La autoridad para predicar viene del Señor. Nosotros somos solamente humanos, por sí solos no podemos hacer nada. Es más, debido a que estamos en crecimiento, es posible que cometamos errores, pero esto no nos puede limitar para predicar.
Pues el nombre de Jesús nos respalda, lo predicamos a Él, no a nosotros mismos. Así que con toda autoridad podemos predicar y enseñar a los demás a obedecer a Dios.
No porque ya seamos perfectos, sino porque dejamos atrás el pasado y seguimos adelante hacia el cumplimiento del llamado que hemos recibido (ver Filipenses 3:12-14).
Si llegaste hasta el final, déjame felicitarte porque ahora conoces el grandioso poder del nombre de Jesús, el cual puedes liberar en tu vida al creer y decirlo con fe, para empezar a gozar la abundante vida en Cristo.
Te recomiendo este devocional si quieres leer más sobre el tema.
No te vayas sin antes explorar el resto del contenido, dando clic aquí.
Gracias por leer y compartir con tus amigos.