La palabra de Dios nos enseña que Jesús nos revela al Padre, él es el camino, la verdad y la vida, y que solo a través de Jesucristo tenemos acceso a la presencia del Padre. Por lo tanto, para conocer más a Dios, necesitamos reconocer primero a Jesús. Él es quien nos revela el carácter y obras de Dios.
Sin la obra de Jesús no tendríamos acceso al trono de la gracia. Cuando nos convertimos en hijos de Dios al aceptar y proclamar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, entramos en una relación con el Padre, pues Jesús nos ha concedido paz con Dios y ahora podemos conocerlo de manera intima, y cada día podemos crecer en el conocimiento de él.
Nuestro Dios es inagotable, todos los días hay cosas que aprender de él. Él se revela a nosotros mostrándonos cada día más de su personalidad y voluntad. Por eso debemos cultivar una relación íntima con el Señor, orando por espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de él, como el apóstol Pablo oraba, para que los ojos de nuestro entendimiento sean iluminados, de manera que conozcamos más quien es él, cual es su voluntad y cuales son sus planes para nosotros.
Así que para conocer a Dios en primer lugar debemos saber quien es Jesús y para esto debemos leer los evangelios. En segundo lugar, tenemos que saber lo que hizo Jesús por y en nosotros, para esto necesitamos leer las cartas escritas a la iglesia. Y en tercer lugar, necesitamos relacionarnos íntimamente con él, y para esto debemos mantener una vida de oración.
Versículo: Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Confesión: Yo conozco al Padre porque conozco a Jesús. Soy diligente en mantener una relación intima con él para poder conocerlo más.
Síguenos en nuestras redes sociales