Jesús dijo: «El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva» Juan 7:38. Esta declaración nos revela que la plenitud del Espíritu es una fuente inagotable disponible para todo creyente. A la cual podemos acercarnos y tomar de ella constantemente.
El apóstol Pablo nos exhorta: «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; sino sed llenos del Espíritu» Efesios 5:18. Esto nos recuerda que la voluntad de Dios es que permanezcamos llenos de él para poder realizar su plan y predicar su palabra con denuedo. Por lo tanto, la llenura del Espíritu Santo es algo que todos los creyentes pueden disfrutar porque es el deseo de Dios para nosotros.
Así que el creyente puede permanecer lleno, al priorizar la presencia de Dios. Lo cual implica cultivar una relación íntima con él, manteniendo una vida de oración constante, dedicando tiempo a la lectura regular de su palabra, alabando, adorando, y orando en otras lenguas ya que esto fortalece nuestra fe y nos edifica espiritualmente.
De manera que para permanecer llenos del Espíritu santo tenemos que anhelarlo, y ser proactivos en darle prioridad en nuestra vida. Sacar un tiempo diario en el que solo nos dediquemos a buscar su presencia y dejar que él obre en nuestra vida. No viviendo de experiencias pasadas, sino sabiendo que cada día él tiene más para nosotros.
Versículo: Hechos 4:31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
Confesión: La voluntad de Dios es que sea llena de su espíritu, yo soy obediente y decido tomar de la fuente inagotable que él ha puesto en mí.
Síguenos en nuestras redes sociales