La ira es una emoción natural del ser humano, y la biblia nos enseña como lidiar con ella, pues, aunque es natural y todos la hemos sentido, es una obra de la carne que debemos sujetar y no darle rienda suelta. Así que la biblia nos aconseja que cuando llegue la ira, no dejemos que nos haga pecar, y ser rápidos en quitarnos el enojo (efesios 4:26).
Una forma efectiva para enfrentar la ira es alejarnos de lo que nos causó ese sentimiento, empezar a orar y declarar versículos bíblicos que hablen del tema. De esta forma, evitamos actuar airados, y además con la oración y proclamación de la palabra logramos que esa emoción se sujete al espíritu.
Recuerda no permitir que el enojo haga nido en ti, toma la decisión de desecharlo tan pronto llega a tu vida, pues la ira no permite que honres a Dios con tus acciones. “El que vive enojado no puede vivir como Dios manda.” Santiago 1:20. Así que no te aferres a la ira, entrégasela a Dios y no dejes que te direccione.
Versículo: “No permitan que la ira los haga cometer pecados; que la noche no los sorprenda enojados.” Efesios 4:26 (PDT)
Confesión: No permito que la ira me gobierne, el enojo no permanecerá mucho tiempo en mi vida, la paz de Dios me gobierna y la ira no tiene lugar dentro de mí.
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